La evolución de los países desarrollados y el fácil acceso a cualquier tipo de alimento y tecnología hacen que la población se haya vuelto cada vez más sedentaria y más obesa.
Este hecho provoca la aparición o el aumento en la prevalencia de enfermedades relacionadas con el sedentarismo y la mala alimentación. En la mayoría de las partes del mundo, las enfermedades no transmisibles se han convertido en una gran epidemia. Esto se debe, en parte, a un rápido cambio en los estilos de vida que conducen a la actividad física reducida, cambios en la dieta y el aumento de consumo de tabaco. Esta tendencia está presente en todas las sociedades, ricas y pobres, desarrollados y en desarrollo.
Y esto último conlleva un proceso continuo y creciente de medicalización de la población.
Medidas higiénico-dietético-preventivas como son el ejercicio, la supresión del tabaco y el alcohol y una correcta alimentación son sustituidas por el medicamento, ya sea por la excesiva confianza en el tratamiento farmacológico o por la dificultad para llevar a cabo un estilo de vida adecuado, o por ambos.
En 2002 el lema de la OMS para el día de la salud fue Move for Health (Muévete para estar saludable) con el objetivo de promover la salud a través de la actividad física, el deporte y la dieta.
La evidencia disponible indica que un estilo de vida activo contribuye a la disminución del riesgo de aparición de enfermedades cardiovasculares, infarto cerebral, diabetes tipo II, hipertensión, osteoporosis, enfermedades psiquiátricas y psicológicas o conductas de riesgo de adicción en niños y adolescentes, entre otros.
La OMS identifica 3 poblaciones de riesgo, como dianas principales para realizar esta intervención.
- Niños y adolescentes: el ejercicio físico permite el desarrollo de diferentes capacidades, musculoesqueléticas, cardiovasculares, neuromusculares y psicosociales, así como control del peso corporal. También les ayuda a no caer en adicciones típicas de estas edades como son el alcohol, el tabaco y las drogas.
- Por otro lado, el informe de la OMS recoge que el ejercicio físico contribuye de forma importante a disminuir la incidencia en mujeres adultas de osteoporosis, diabetes, mejora su autoestima y facilita la integración social.
- Finalmente, en la gente mayor, la actividad física es fundamental para mantener su independencia y autonomía en las actividades de la vida diaria y para mejorar su socialización.
La tarea y responsabilidad de potenciar estilos de vida saludables, ya sea preventivos, terapéuticos y/o de mejora de la calidad de vida, pasa por la implicación y motivación de las autoridades sanitaria, de los diferentes profesionales de la salud, incluidos farmacéuticos, del personal docente y de la propia población.
La Comunidad de Madrid también toma conciencia de esta situación y crea los " Sábados Deportivos", nueva actividad del IMDER dirigida a niños y jóvenes de 6 a 16 años que posibilita la práctica deportiva durante los sábados por la mañana, de 10 a 14 horas. Además, todos aquellos padres que lo deseen, podrán realizar deporte, conjuntamente y de forma gratuita, durante la actividad.
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